El 2022 fue el año de la VII edición de Rueda con Rueda. El festival de cortometrajes celebró en el mes de noviembre su gala de entrega de premios en la que “Ya nadie se queda” se alzó con el premio al Mejor Cortometraje dirigido por una estudiante de cine. El corto cuenta la historia de Héctor, un adolescente que se ve obligado a pasar unos días en el pueblo de su madre. Allí las cosas no han cambiado mucho, pero quizás un día sea suficiente para que algo en Héctor sí que lo haga.

Entrevistamos a Livia Guerra, su directora, para conocer cómo fue su paso por el festival y el proceso de creación de este corto:

  1. El año pasado te hiciste con el premio al Mejor Cortometraje rodado por estudiante de cine, por tu corto “Ya nadie se queda” ¿Cómo recuerdas la experiencia?

Recuerdo la experiencia sobre todo como una sorpresa. Fuimos María Cotobal, Alba Izquierdo y yo (las tres que hicimos el cortometraje) con ganas de ver una gala de premios por primera vez y conocer al resto de creadores y gente del “mundillo”, pero para nada nos esperábamos recibir el premio. Fue muy emocionante y satisfactorio después del trabajo y de todo el cariño que había recibido el cortometraje.

  1. En tu corto el mundo rural es un gran protagonista, casi juega un papel propio ¿por qué elegiste este tema?

Fue una idea que surgió de forma natural. El corto se hizo en verano, una época que paso de pueblo en pueblo para visitar a familiares, por lo que simplemente escribí sobre lo que veía cada verano. Además, pensando en inscribir el cortometraje a distintos festivales pensé que era un tema necesario de tratar a través del cine.

  1. En el corto fuiste la encarga de varias funciones, desde el guion al montaje ¿Cómo fue para ti el proceso de creación del corto de inicio a fin?

Fue un proceso bastante relajado, lo hice todo a mi ritmo y sin ningún tipo de presión. Tenía claro que era un proyecto personal que quería hacer… y tranquila. Sin un objetivo concreto más que el de saber que era capaz de llevar una idea a la práctica en el ámbito audiovisual.

María Cotobal y Alba Izquierdo me ayudaron muchísimo y sin ellas no habría hecho nada. Además, al actuar toda mi familia y grabarse en mi propio pueblo tampoco podía abarcar un “gran proyecto”. En general, un proceso hecho a mi ritmo y cómodamente.

  1. Uno de los requisitos de Rueda con Rueda es incluir una botella de la DO Rueda en el cortometraje ¿cómo te planteaste esta inclusión?

Quise introducir la botella como elemento de unión con una de las historias que se cuentan en el corto, de forma que uniese una escena con otra de forma orgánica. El vino en los pueblos es un elemento presente de muchas formas, y el recado de que el protagonista (Héctor Martínez) tuviese que llevarle la botella a su tío (Simón García) me pareció una buena “excusa” para conectar ambos personajes y a la vez mostrar la botella de DO Rueda.

  1. El premio con el que fuiste galardonada busca apoyar a las y los jóvenes creadores del mundo audiovisual ¿crees que participar en festivales como Rueda con Rueda ayuda en la trayectoria profesional?

Claro, creo que crear y atreverse a presentar tus cortometrajes en festivales es clave para encontrar tu sitio en el mundo profesional del cine. La distribución del cortometraje y que tanta gente lo vea ayuda enormemente a darte a conocer y empezar a establecer contactos en el sector que de otra manera no sería posible. Además, el dinero siempre ayuda para financiar otros proyectos y poder seguir grabando.

  1. ¿Vas a presentarte a una nueva edición del festival?

Este año he estado estudiando fuera y no hemos planteado grabar un cortometraje para el festival, pero por supuesto no descarto volver a participar en futuras ediciones. Y animo a todo el mundo, especialmente estudiantes, que graben, cuenten sus historias y ¡lo presenten al Rueda con Rueda!